En un viejo Teatro en ruinas, dos tramoyistas hacen inventario de lo que queda para salvar aquello que todavía sirva.
Aparece entonces quien fue una diva de la escena con la ilusión y la urgencia de prepararlo todo para la gran función de esa noche.
Tramoyas y diva deambulan por el escenario como fantasmas de lo que fueron en un juego carnavalesco intentando encontrar su propia identidad a través de los recuerdos, atrezzo empolvado y vestuario apolillado, que guardan tantos baúles.
Cuando están apunto de sucumbir, y menos se lo esperan, milagrosamente, se alza de nuevo el telón para comenzar la función.